Las residencias geriátricas o residencias de ancianos son lugares donde la limpieza cobra una especial importancia. Por la vulnerabilidad de las personas que viven en ellas, la limpieza debe realizarse de forma efectiva y rigurosa, sin perder de vista la importancia de la seguridad del entorno.
Por qué los centros residenciales son espacios vulnerables
Las personas usuarias de las residencias geriátricas son personas mayores. Las personas mayores constituyen un grupo de riesgo a nivel sanitario porque son más vulnerables a la hora de poder contraer alguna enfermedad o sufrir una infección.
Por ello, la limpieza es un trabajo esencial en los centros residenciales de ancianos. Debe realizarse de forma protocolaria y cumpliendo todos los estándares de desinfección y seguridad, para así evitar la proliferación y transmisión de microorganismos patógenos.
Niveles de limpieza
Escenarios de riesgo en residencias geriátricas
A la suciedad que se puede generar de normal en un espacio por entrada de polvo, paso de personas o introducción de residuos de la calle, hay que sumarle los escenarios puntuales que tienen una alta probabilidad de ocurrir en residencias geriátricas, como vómitos o incontinencias. Unido al factor de riesgo de las personas mayores, éste es otro de los motivos por los que los centros residenciales requieren de un mayor nivel de limpieza. En estos casos, la limpieza y desinfección deben ser inmediatas para evitar propagación de enfermedades o focos de bacterias.
Espacios comunes y espacios privados
Los centros residenciales cuentan con dos tipos de espacios: las zonas comunes y las habitaciones privadas. Las actividades que las personas usuarias realizan en cada uno de ellos son distintas, por lo que los trabajos de limpieza y la frecuencia de estos van a diferir entre unas áreas y otras. Son espacios comunes, por ejemplo, el comedor, las salas de estar o las salas de ocio, y privados, las habitaciones. No obstante, en muchas residencias de ancianos las habitaciones y los baños pueden ser compartidos por más de una persona, lo que requerirá de una desinfección más frecuente para evitar posibles contagios.
Los trabajos de limpieza y los productos empleados en centros residenciales
La frecuencia de los trabajos de limpieza
Dentro de los centros residenciales hay trabajos de limpieza que deben realizarse todos los días, algunos incluso más de una vez al día, y otros que pueden espaciarse más en el tiempo.
- Tareas diarias. Algunas tareas diarias son por ejemplo la limpieza de suelos y de superficies de todo el centro geriátrico. Los suelos, además, deben limpiarse mediante barrido húmedo, para evitar levantar polvo. Otras tareas diarias son la ventilación de espacios, para lo que es conveniente tener en cuenta las rutinas de las personas usuarias de cara a evitar molestar con las corrientes de frío, y el vaciado de papeleras.
- Más de una vez al día. Las superficies donde las personas usuarias comen o manipulan alimentos y los baños, especialmente los compartidos, deben ser limpiados más de dos veces al día.
- Semanalmente. Semanalmente debe realizarse una limpieza en profundidad en todas las áreas del centro residencial, así como la limpieza de ventanas.
- Mensual o trimestralmente. Las tareas que pueden espaciarse más en el tiempo son las de la limpieza en profundidad de la maquinaria de la cocina, por ejemplo, o el interior de los armarios y cajones de las personas usuarias. También deben tenerse en cuenta posibles plagas y realizar controles periódicos para evitarlas.
Consideraciones con los productos de limpieza
De cara a las personas usuarias de centros geriátricos, es importante saber elegir los productos de limpieza a emplear, ya que pueden afectar a su salud si su composición incluye alcoholes o ácidos. En Aldaba Centro Especial de Empleo no utilizamos productos a base de lejía, por ejemplo, por su capacidad corrosiva y perjuicio para la salud, tanto de las personas usuarias como de los trabajadores del CEE.