Aunque parezcan lo mismo, la limpieza y la desinfección son dos cosas distintas. Te explicamos en qué se diferencian y por qué ambos procesos son importantes en la limpieza profesional.
Popularmente, las palabras limpieza y desinfección se utilizan conjuntamente como si se tratara de una sola cosa. Sin embargo, la limpieza y la desinfección son dos procesos diferentes, y ambos son importantes y necesarios en la limpieza profesional.
Pese a sus diferencias, lo cierto es que limpieza y desinfección están íntimamente relacionadas: una de las funciones de la limpieza es la eliminación de gérmenes, pese a que no obtiene el mismo nivel de resultados que la desinfección; por otro lado, la desinfección no es en sí misma una acción limpiadora, sin embargo, requiere de la limpieza para ser efectiva.
¿Cómo funcionan ambos procesos?
¿Qué es la limpieza?
La limpieza es la ausencia de suciedad, y la acción de limpiar consiste en eliminar esta suciedad sin deteriorar los elementos y espacios limpiados. La suciedad suele ser portadora de gérmenes, y a través de la limpieza logramos romper los mecanismos de transmisión existentes en los mismos. Sin embargo, la eliminación de gérmenes no es la única función de la limpieza, y la limpieza no realiza de forma exhaustiva la función de eliminar microorganismos nocivos.
La limpieza tiene una función estética muy importante, y se adapta a las necesidades del elemento o espacio. Por ejemplo, en la limpieza de un taller de coches, lo esencial será retirar residuos que puedan estorbar el paso y organizar el espacio de forma que sea agradable y fácil trabajar en él. En cambio, en la limpieza de un hospital, lo más importante será eliminar microorganismos infecciosos y la limpieza será probablemente la primera fase de un trabajo de desinfección posterior.
Los productos de limpieza están mayoritariamente basados en el agua y el jabón. Aunque algunos de ellos contienen productos químicos, los productos de limpieza, por lo general, son seguros para su uso doméstico y por parte de personas no profesionales, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante.
¿Qué es la infección, la desinfección, y qué papel juega en ella la limpieza?
La infección es la introducción de un microorganismo patógeno en el cuerpo de un sujeto predispuesto. El objetivo de la desinfección es evitar la infección, eliminando los microorganismos antes de que se produzca la infección. Para ello, se utilizan productos desinfectantes especiales, cuyo uso es más complejo que el de los productos de limpieza. Para un uso seguro y efectivo de los productos desinfectantes, es recomendable que los utilice un profesional.
Sin una limpieza previa, la desinfección no es efectiva, ya que la desinfección no elimina la suciedad, y sólo a través de la higiene podemos eliminar suciedad que puede contener gérmenes nocivos. Además, la desinfección no se puede percibir a simple vista y no tiene una función estética. Por lo tanto, es posible que un elemento o espacio limpio aún contenga gérmenes patógenos. Por este motivo, la limpieza profesional es la indicada para asegurar la seguridad y la salud de las personas, adaptada a las particularidades del espacio donde se realiza.
No todos los microorganismos son nocivos. Al contrario, algunas de las bacterias son necesarias para la vida humana, y su eliminación total no es recomendable. La desinfección elimina los microorganismos, ya sean virus, bacterias, hongos o protozoos, sean patógenos, inocuos o beneficiosos para las personas. Por este motivo, su eliminación total no siempre es adecuada.
Como profesionales de la limpieza, en Aldaba CEE podemos elaborar planes de limpieza y desinfección adaptados a las necesidades de cada espacio. Por ejemplo, no necesita la misma frecuencia de desinfección una vivienda, donde habitan pocas personas, que un espacio de trabajo, donde coinciden muchas más personas. De la misma manera, no es necesaria la desinfección de un taller, donde personas sanas trabajan protegidas por ropa y guantes, normalmente con ventilación adecuada, y sin embargo si es esencial la desinfección de un centro sanitario, donde existen más gérmenes patógenos de lo habitual y se encuentran personas susceptibles, con más dificultades para combatir una infección.