En España hay 1.840.700 personas con discapacidad de entre 16 y 64 años, el margen de edad que se utiliza para designar a la población activa de un país. De ellas, el 65% son personas inactivas, es decir, se encuentran completamente fuera del mercado laboral. En muchos casos se debe a la misma incapacidad para trabajar, pero esto se da porque la sociedad no ha sabido adaptarse a las circunstancias de estas personas, que tienen que lidiar con las múltiples barreras que se encuentran a la hora de buscar la inclusión.
Toda persona tiene derecho a un trabajo digno, a través del cual desarrollarse, crecer y adquirir independencia. Pero dentro del colectivo de personas con discapacidad, sólo 647.700 se encuentran actualmente trabajando o en búsqueda activa de empleo.
El inacceso al mercado laboral
Según el Informe Olivenza 2018 del Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED), 1.193.500 personas con discapacidad se encontraban en situación de inactividad en 2017, esto es, se encuentran fuera del mercado laboral. Estas personas suponen el 65% del total del colectivo en edad activa, por lo que son la mayoría. El margen de edad que acusa menor tasa de inactividad dentro del colectivo es aquella entre los 25 y los 44 años; también influye de forma importante el nivel formativo de cada persona. Así, a mayor nivel formativo, más posibilidades tiene una persona de entrar en el mercado laboral.
Desempleo
La contratación a personas con discapacidad supone únicamente el 1,43% del total en España. El desempleo dentro del colectivo es alto: alcanza el 75% de las personas activas. Sólo 462.000 personas tienen empleo. Como sucedía anteriormente, las mayores tasas de empleo se dan en personas entre 25 y 44 años, y con un mayor nivel formativo.
El mismo informe también recoge que las personas con discapacidades de tipo sensorial (como visual o auditiva) acusan una mayor tasa de empleo. Por contra, las personas con diversidad mental e intelectual son las que menor índice de empleabilidad registran. También influye en el acceso a un puesto de trabajo el grado de discapacidad: cuanto mayor es, más obstáculos se encuentran estas personas para encontrar empleo.
Por otro lado, dentro de las personas con discapacidad activas, las mujeres son contratadas únicamente en el 38% de los casos, frente al 62% de índice de contratación de los hombres.
A la inactividad y el paro que sufre el colectivo de personas con discapacidad hay que añadirle la precariedad laboral, una vez superan la barrera del contrato de trabajo, y la baja cualificación de los puestos de trabajo a los que tienen acceso la gran mayoría. Por otro lado, la tasa de paro en la población más joven es de más del 60%, lo que supone que más de 6 de cada 10 jóvenes con diversidad funcional o intelectual se encuentra en situación de desempleo.
Desglosamos todos estos datos en la segunda parte de este artículo: “La situación de empleo de las personas con discapacidad en España (II): precariedad laboral y la importancia de los Centros Especiales de Empleo”.