Contar con personas con discapacidad en la plantilla de la empresa tiene ventajas no sólo fiscales, sino también cualitativas. Trabajar con personas con diversidad funcional mejora el entorno de trabajo y el clima entre los trabajadores y trabajadoras, además de aumentar la rentabilidad de la empresa y aportar un valor único: el valor de la diversidad.
Resolutivas, dispuestas y comprometidas: así son las personas con diversidad funcional en el entorno de trabajo
Trabajar con personas con discapacidad afecta directamente al clima en el lugar de trabajo. Son personas acostumbradas a lidiar con todo tipo de obstáculos, algo que se hace notar en un entorno laboral. Tienen una alta capacidad de superación, una fuerte disposición y son hábiles buscando soluciones a problemas aparentemente imposibles.
Las personas con discapacidad son trabajadoras y demuestran su compromiso hacia la empresa desde el primer momento, algo que aporta una importante estabilidad dentro de la plantilla. Además, registran una menor tasa de absentismo que la media.
Talento profesional especializado
Las personas de este colectivo son cada vez más profesionales en sus campos, y es que cada vez están más formadas, como sucede con el conjunto de la población. Las circunstancias de su discapacidad no deben suponer una barrera a la hora de acceder a un puesto de trabajo: lo único que debe contar es el talento y las aptitudes personales.
Mejora del clima laboral y de la relación entre la empresa y los empleados
Numerosos estudios demuestran que el clima laboral mejora al incorporar a una o varias personas con discapacidad en la plantilla de la empresa. Por un lado, favorece la solidaridad y el compañerismo entre todos los trabajadores y trabajadoras, y, por otro, mejora la relación de los mismos con la empresa, pues queda patente el compromiso de responsabilidad social de la dirección.
Aspectos externos: mejora de la imagen de la empresa
Contratar a personas con discapacidad no tiene repercusiones positivas únicamente a nivel interno. De puertas para fuera, mejora la imagen de la empresa ante la sociedad, algo que puede favorecer la entrada de nuevos ingresos. Por otro lado, contar con personas con diversidad funcional en la plantilla puede abrir las puertas a la participación en diversos concursos públicos donde éste puede ser uno de los requisitos indispensables en materia de responsabilidad social.
Responsabilidad social
Dejando de lado todas las ventajas consecuentes de incorporar a personas con diversidad funcional en el seno de la empresa, el fin último es el de construir poco a poco una sociedad más justa e igualitaria para todos y todas. El paro afecta a la gran mayoría de las personas con discapacidad, y es que, aún a día de hoy, el mercado de trabajo sigue poniendo barreras al colectivo.
Contratar a personas con discapacidad es avanzar hacia una sociedad más inclusiva.